Prerequisitos

Los sistemas organizativos no son un fin en sí mismo, sino un "medio" que tiene que ayudar eficazmente a la consecución de los objetivos de la empresa. Esta afirmación nos pone en línea para entender las razones por las que se están produciendo unos cambios tan radicales en el diseño organizativo de las empresas. Todavía tenemos en nuestra cabeza y en nuestros esquemas, aunque nos cueste reconocerlo, las premisas de la "organización tradicional", basada en tres esos paradigmáticos: el culto a la estructura jerárquica, el dominio de la burocracia y la rigidez del puesto de trabajo, todos ellos adornados por el concepto "paternalista"

Cómo dice muy bien Mr. Raymond Carr «El viejo modelo industrial de los grandes grupos organizacionales de personas realizando tareas especializadas con una coordinación centralizada, tuvo sentido en la economía de la mayor parte de este siglo. Pero hoy cada vez tiene menos y menos sentido. Es demasiado costoso y poco manejable»

Se hace necesario descubrir nuevos y audaces enfoques que satisfagan las necesidades del negocio y las aspiraciones de las personas. ¿Dónde encontrar la clave, el eje de estos nuevos enfoques? La clave nos la ofrece, como pasa siempre que pensamos con sencillez y sentido común, "la persona" y la ética profunda en la gestión.

La persona polivalente, con la debida formación, dentro de su ámbito natural de conocimientos y experiencia, integrada en un equipo de trabajo y con visión de conjunto, es la única que puede ofrecer flexibilidad a la organización y rapidez de respuesta. Las fórmulas concretas que propician esta nueva concepción son muchas y variadas, pero sin perder de vista que las herramientas, por muy nuevas y adecuadas que sean, son variables "dependientes", es decir, se tienen que poner alservicio del esquema de fondo, de las ideas, que son, en definitiva, las que dan sentido a todas las acciones y las que de verdad resuelven los problemas.

De manera coherente, surge la necesidad de fomentar la coherencia ética en y desde la gestión empresarial, condición indispensable para afrontar la actual demanda social. Por eso dicha coherencia ética tiene que ser una prioridad estratégica a largo plazo y planificarse y medirse como tal, sen.se olvidar la existencia de importantes frenos por su fomento, siendo lo principal la escisión en la empresa entre su dimensión ética y la económica.

Este entorno hace que sea necesaria una nueva definición de éxito empresarial y, por lo tanto, una nueva concepción de empresa preocupada por cómo genera las riquezas.
La combinación de respecto a las personas y la gestión ética se imprescindible para la forja de la misión corporativa y la asunción de la responsabilidad de las empresas como principales agentes de cambio en las sociedades contemporáneas.

La asignatura repasará -como no puede ser de otra manera- los departamentos funcionales a la vegada que se propone alternativas para una gestión menos “Taylorista” incrustándose sin solución de continuidad temas relativos a las personas y la dimensión ética tanto dentro de las situaciones analizadas como de manera específica.